lunes, 3 de diciembre de 2018

Maria :  Algunas personas SABEN Y SIENTESEL AMOR y otras...

  Noviembre 2018

Soy una mujer con un gran sueño, yo sueño con cambiar el mundo.
Y sé que quizá estas primeras frases te causan gracia o piensas que es una
locura. Pero cuando conozcas mi historia, lo que hago y lo que quiero cambiar,
te darás cuenta de que lo que digo tiene mucho sentido.

Esta es mi historia

No pude conseguir un título universitario, quizás porque me quede huérfana
de padre a muy temprana edad, fue entonces cuando comencé a pasar de niña a
mujer ¡” a madurar quizás demasiado rápido para mi edad!”
 Fui exitosa en los trabajos que
realizaba, me relacioné con personas interesantes y aprendí tanto de mi negocio
y de la academia, como de la vida.

Desde inicio de mi trabajo mi rutina era como la de la mayoría de las
personas.
Trabajaba  más de un promedio de 80 horas
a la semana y hacía lo posible por disfrutar de mis horas “libres”
Y para mí, disfrutar no significaba otra cosa más que vivir intensamente,
aprender, todo aquello que no pude hacerlo en la universidad. 
Fui voluntaria en varias organizaciones y proyectos sociales. Estuve en
hospitales, en centros  culturales, en
situaciones de emergencias de la cruz Roja , también  cuide a personas mayores, mi vida era saber y
aprender.

Cuide y eduque a mis hijos dándoles una formación académica que yo no tuve,
les  forme con mi experiencia de la vida
aquellas cosas que no explican los libros.

Me atrevo a apostar que no tuve un solo fin de semana libre después de ser
madre, renunciando a tener una vida o seguir dedicándome a mis actividades,
pero fui feliz con ello y aposte siempre por la familia. A pesar de ello aquí
fracase o quizás fue el destino.

Me eduqué en cuanto tema tú te puedas imaginar… Cursos, diplomados,
especializaciones, maestrías artesanía y un largo etc.….

Y aunque hoy por hoy no invertiría tanto dinero en ninguno de ellos, no me
arrepiento de haber dedicado tanto tiempo a aprender.
Sin embargo, con todo lo positivo que tenía mi vida, yo no me sentía satisfecha
con la mujer que era o mejor eso me creía. Enmascaraba mi situación y mi vida.
Si pensar ni analizarme a mí misma.

Ahora que lo entiendo, confieso que la mayoría de mis problemas se debían a
mi baja autoestima.

Pero en ese momento no
podía verlo claramente.

En aquella época no entendía que mi búsqueda insaciable de sentirme mejor
no iba a llegar ni gracias a un buen trabajo, ni gracias a un título académico,
ni mucho menos gracias a que mi pareja cambiase.
Y de ese entonces hasta ahora ha habido un recorrido bien largo.

Todo  termino y comencé una nueva vida,
prácticamente sola empecé a tomar decisiones, (En ese momento por los motivos
quizás equivocados)  Pero fui capaz de
soltarme de esas cadenas que me tenían presa y bajaban mi autoestima como
mujer.
(Tras vivir unos años en una inmensa tristeza y preguntándome diariamente
en que me había  equivocado.
Empecé a disfrutar de mi libertad estaba decidida  a vivir  una experiencia que me demostrara que mi vida
tenía un valor más grande.
De corazón deseaba dejarlo todo, trabajar de lleno en proyectos que
llenaran el vacio que había en mi alma” y ser parte de aquel grupo de personas
que salvan el mundo.




Pero la vida me
enseñaría algo muy diferente…

O más bien dicho, me obligaría a volver a mis raíces.
Es esa experiencia (de la cuál te hablaré en algún otro momento) recordé lo
que es verdaderamente importante y lo mejor y lo más especial de todo, tuve la
oportunidad de concentrarme en mi y definir aquella mujer en la que me quería
convertir.
Estaba llegando al final de los 60, después de una vida tormentosa.
Pero estaba en un punto cero en el que sabía que mis sueños no se cumplirían
gracias a una persona o institución.

La mujer que yo quería
ser no podría desarrollarse en dependencia de nada ni nadie

Sino que tenía que redescubrirse y establecerse.
Debía empezar de cero, con la deuda de la última maestría que había hecho y
con la clara convicción de que si quería salvar al mundo, debía hacerlo como
siempre lo hice.
Mientras yo más produjera, más podría invertir en aquello que es necesario.
Pero,
¿Qué es lo que yo podría producir para
salvar el mundo?

¿Dónde puedo invertir para salvar al
mundo?
Las respuestas a estas dos preguntas dieron el inicio a Historias para Mujeres

El por qué de este
Proyecto

“Historias para
Mujeres”

Historias para Mujeres empezó como un blog para poder llegar a más mujeres
en el mundo para que sientan la satisfacción que yo sentí tras mejorar mi vida.
¿Cómo fue para mí?
Para mejorar mi vida yo dediqué tiempo a analizarme a mí misma, a lo que
había sido mi vida y lo más importante;

Aprendí a definir y construir la mujer en la que me quiero convertir.
Aprendí, entre otras cosas, a ver mis experiencias desde un punto de vista
más central,

a detectar mis errores, a tomar mejores decisiones y a superar mi deficiencia
de autoestima.
Aprendí a desaprender los malos hábitos y a aprender de las experiencias
con una nueva perspectiva más positiva.
A lo largo de este proceso me di cuenta que; tanto los mejores consejos que
entregué, como los que recibí,

fueron aquellos que llegaron en forma de ejemplos.
Vi en las experiencias de otras personas aquello que quería para mí, 
identifiqué también lo que no quería para mi vida.
Incluso, en muchas ocasiones  aprendí más de las anécdotas de otros
que de las mías

y así, poco a poco fui definiendo la mujer que quiero ser.
Es por eso que “Historias para Mujeres” quiere que más mujeres
descubran y se conviertan en aquella mujer que quieren ser.

Una mujer aún más
feliz

Esa es ahora mi misión, ayudar a más mujeres a empoderarse de sus vidas, de
sus decisiones y de sus acciones.

Ayudarlas a alcanzar todas las metas que se propongan, todo para que sean más
felices.

¿Cómo estoy cumpliendo
el sueño de cambiar al mundo?

Todo radica en que creo firmemente que la mujer es el núcleo de la
sociedad.
Yo siento que estoy cambiando al mundo cuando, después de trabajar con un grupo
de mujeres, veo que ellas cambiaron la situación de sus vidas por una mejor.
Mujeres que mejoran su autoestima y aprenden a guiar a sus familias por
medio de comunicación constructiva.
Cientos de mujeres que retoman el poder de sus vidas, terminan relaciones
tóxicas y descubren cómo rehacer sus vidas sin dependencias emocionales,
humillaciones o mal tratos.
Yo siento que cambio al mundo cuando conozco a una mujer que en nuestro
primer encuentro llora el dolor de verse enfrascada en una situación sobre la
cual no ha encontrado solución y semanas más tarde es una mujer líder y ejemplo
de fortaleza y seguridad.

Siento que una a una
podemos cambiar al mundo.

Estoy segura de que cada día reparto cientos de semillas que se convertirán
en fuertes robles.
Segura de que todas las mujeres que pasan por Historias para Mujeres
descubrirán su fuerza interior, se empoderarán y se sentirán seguras de decidir
aquello que es mejor para sí mismas.
Sin más,
Me despido dándote la
bienvenida y tomando tu compromiso de repartir esta experiencia para hacer el
gran cambio que tú y yo queremos.